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MITOS SOBRE LA DISLEXIA Y A LA DISGRAFÍA






“La dislexia y la disgrafía se curan”: Se sabe que la dislexia y la disgrafía tienen base neurológica y genética. Esto quiere decir que aquella persona que tenga dislexia o disgrafía, presentará dicho trastorno durante toda su vida. Si bien esto puede dificultar en un comienzo su desempeño académico o rendimiento escolar, en la mayoría de los casos la persona aprende técnicas para poder sobrellevar dicha condición, pudiendo desenvolverse de manera óptima (y a veces sobresaliente) en el ámbito escolar.

“Si el niño comenzó a hablar tardíamente, es porque es disléxico”: Un trastorno del lenguaje debe ser evaluado por un fonoaudiólogo o algún especialista idóneo. Existen muchos trastornos del lenguaje y sus causas pueden ser desde un traumatismo (golpes o accidentes) hasta dificultades de modulación, entre otras tantas. Sin embargo, no es conveniente diagnosticar, puesto que todo diagnóstico erróneo afecta directa e indirectamente al niño pudiendo generar un daño mucho mayor en él.

“Si confunden la derecha con la izquierda es porque son disléxicos”: Si bien es cierto que los niños con determinado tipo de dislexia no se orientan bien y confunden la derecha con la izquierda, esta no es condición suficiente para etiquetarlos de niños disléxicos.

“Los niños con dislexia o disgrafía no necesitan adaptaciones curriculares”:Efectivamente, ambos trastornos precisan de adaptaciones curriculares. Asimismo, una vez que las calificaciones mejoran, no deben desaparecer dichas adaptaciones puesto que, como ya se ha mencionado, esta es una condición que permanece durante toda la vida de la persona.

“Son niños vagos o distraídos”:Otro de los Mitos sobre la dislexia es que estos niños son vagos y distraídos una de las características aparentes de los niños con dislexia o disgrafía. Ciertamente, lo que ocurre es que ellos necesitan otro tipo de estimulación puesto que el método de enseñanza debe cambiar para ellos así pueden comprender lo que se les está enseñando.

Por ejemplo, un niño con dislexia no querrá leer en voz alta ya que no podrá hacerlo. Al someter a un niño con dislexia a una lectura en voz alta, solamente reforzamos su baja autoestima y la burla que entre sus compañeros genera.

Fuente: educapeque

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