Puedes usar cartulina de colores (números en carton) y un abre hueco (uno)
Dos situaciones clásicas Comencemos por describir dos situaciones culturalmente clásicas utilizadas para saber si un niño sabe contar. Una práctica popular: El pequeño cuenta, escena familiar Mamá: "¿Sabes abuelo?, ¡el pequeño ya sabe contar! Abuelo: "¿Es verdad? A ver mi chiquito ... Mamá: "Enséñale al abuelo que ya sabes contar" El niño (de 4 años): "Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, diez, quince, ,, mmm Abuelo: (con admiración) "¡Ahh!, muy bien, sigue así. Una práctica profesional: "contar" así no cuenta Sin embargo, dentro de la familia está la tía Mimi, que es una maestra jubilada. Tía Mimí: "Claro que no abuelo, eso no significa que sepa contar. Para saber si el niño sabe contar hay que mostrarle algunos dedos y preguntarle cuántos son, luego pedirle que levante una cantidad de dedos. ¡No es suficiente con que recite la serie de los números! Y si no lo logra hacer bien, la mamá no debe decepcionarse. A los cuatro años, la mayoría de los niños apenas pueden comprender los números hasta el 5.
Los padres ejercen actualmente una fuerte presión para que los niños "sepan contar" precozmente. Ha visto que bajo la influencia de este "duro y dale" algunos alumnos empiezan a contar cuando escuchan la palabra "número", sin ni siquiera querer reflexionar sobre la pregunta que se les plantea. Tiene en su salón de maternal a niños chicos y medianos que cuentan mecánicamente más allá del 50, mecanicamente Articulo de investigación: Guy Brousseau _ Educación Matemática (2000 )
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